jueves, 23 de junio de 2011

Sueños

Estalló. En menos de un instante todo se jodió completa y absolutamente. El suelo estaba repleto de aquellos pequeños cristales plateados y brillantes, algunos trozos de espejo y otros completamente transparentes. Me agaché, un cristal reflejó mi mirada, una mirada que no sabía que tenía, que casi creí que no era mía. Sabía que era todo aquello. Que era lo que había sido antes de convertirse en algo solido, antes de estallar.
Eran mis sueños, mi mundo y mis esperanzas reducidas a miles de cristales brillantes y parpadeantes. Abrí mucho los ojos, tanto que creí que se me saldrían, todo eso era lo que antes había estado en mi cabeza ¿Cómo podía estar ahora allí, solido y palpable? ¿Es que acaso me estaba volviendo completamente loca? Intenté gritar, pero las palabras no salían de mi boca, traté de convencerme de que tarde o temprano tendría que despertar de aquella horrible pesadilla, pero no era así. Estaba muda y sorda, era incapaz de pronunciar palabra ni de oír nada. Un pensamiento pasó como un rayo por mi cabeza.
Es extraño, pensé. Es extraño que mis sueños sean de cristal. Y me levanté. No necesitaba escuchar para poder oír mis propios pensamientos, y tampoco necesitaba hablar para poder pensarlos, simplemente necesitaba estar mínimamente cuerda, así que descarté la idea de la locura. No estaba loca, cosa que me hizo sentir bien, y poco a poco mi boca fue moviéndose y empecé a susurrar una y otra vez, palabras sin sentido, las primeras que me venían a la cabeza, para comprobar que era capaz de pronunciarlas, y al final acabé gritando, deseando despertar por que estaba segura de que eso era tan sólo una horrible pesadilla. Pero no era así. Bajo mis pies los cristales cubrían el suelo, y cuando empecé a caminar en circulo ellos crujían bajo mis pies, como si se quejaran. Daba círculos y círculos, revolviendo en mi cabeza, buscando mis sueños que habían desaparecido...

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