Éramos
los muchachos sin futuro, sin cuerpo porque la vida nos lo había
arrancado a pedazos: nos había devorado. Deambulábamos por las
frías calles descalzos; clavándonos el asfalto duro y frío,
ensangrentándonos los pies desnudos. Éramos los muchachos sin
futuro,sin cuerpo porque la vida nos lo había arrancado a pedazos:
nos había fallado.Estampábamos nuestras frágiles fisionomias
contra los edificios de piedra; no pudiendo soportar el peso de
nuestra almas: llenas.